No sé, a veces simplemente tienes ganas de escribir. No sabes muy bien por qué o sobre qué, pero tienes ganas de escribir, de contar algo. Sientes la necesidad de sacar eso que tienes en tu interior, a lo mejor no necesariamente para compartirlo con nadie, simplemente para compartirlo contigo mismo.
A veces solo necesitas externalizar una idea, un pensamiento, un sentimiento, o a veces, simplemente, te apetece dejar que tu mente sea libre por un momento y escribir lo que se te ocurra.
¿Cómo se desahoga la gente que no dibuja o escribe? ¿Se lo cuenta a alguien? ¿A una persona? ¿Tal vez a un diario? Pero, haga lo que haga, tiene que exteriorizarlo de alguna manera, necesita sacarlo al exterior.
A veces incluso se necesita llorar para sacarlo del corazón, o también gritar. Sentir odio lo veo mucho más productivo que sentir lástima, sobre todo si hablamos del amor. Una persona que sufre por amor es una persona “invalida” que solo se queda llorando en el sofá esperando a que algo, milagrosamente, arregle todo. Sin embargo el odio es mucho más “activo”. Cuando odias a una persona que no te quiere puedes gritarle, incluso llorar, pero aún así te mueves, vas de un lado para otro gritando improperios sobre él o ella. Puede que sufras igual, o más, que si te quedas llorando en el sofá, pero al menos permaneces activo.
Odiar por amor es mucho mejor que sufrir por amor…
Te da fuerzas para mejorar, para evolucionar… en definitiva, para moverte…
Muévete…
Ahora mismo, pon esa canción que tanto te gusta, que cada vez que la escuchas tienes una ganas irrefrenables de bailar, levántate de la silla, sube el volumen a toda pastilla y ponte a bailar.
