sábado, 20 de febrero de 2010

--- Elektra ---


Hoy os quiero dejar algo que escribí hace un par de años. Según lo he ido leyendo he visto algunos “fallos” y me han dado ganas de borrar y corregir, pero prefiero dejároslo tal cual. Espero que os guste.

"Me habían encontrado…
Desde hacía un par de manzanas, me daba la sensación de que alguien me venía siguiendo.
¿Serían ellos?


Llevaba huyendo de ellos cinco años.
Me había escondido en España
Francia
Grecia
Rusia
Australia
Y ahora, estados unidos…

Había borrado todos los documentos sobre mí
No tenía carné
Ni ficha medica
Ni documentos de nacimiento
No existía para el mundo, era un fantasma.

Pero, aún así, había logrado encontrarme.
Por el momento había logrado escapar de ellos. Aunque la última vez casi consiguen matarme… prueba de ello son las dos balas, una en la pierna y otra en la clavícula, que me alcanzaron cuando huía de ellos…

Sin embargo, esta vez habían mandado a su mejor hombre
Un asesino
Silencioso
Rápido
Y letal.

Nadie ha escapado de él. Ni siquiera se sabe como es físicamente.
Pero no me cojera tan fácilmente.


Estaba comenzando ha anochecer y las calles empezaban a vaciarse.
Era muy peligroso permanecer por ahí, tenía que encontrar un lugar donde esconderme…


¡El parque!
Era perfecto… estaba oscuro y había una infinidad de lugares donde esconderme. De manera que, sin pensármelo dos veces, crucé la calle lo más rápido que pude y entre en el parque.


El lugar estaba desierto, lo que era perfecto, puesto que podría ver sin problemas si alguien se acercaba. La única persona que había allí era una mujer que estaba dando de comer a unas palomas.



Llevo una hora escondido, detrás de un árbol y entre unos arbustos.
La posición era perfecta, puesto que podía ver el camino central que atravesaba todo el parque.
Pero nada, en todo ese tiempo no había aparecido nadie. Solo estaba aquella mujer dando de comer a las palomas… pero…

¿Dónde estaba la mujer ahora?
No había nadie en sentado en el banco


Lo sentí… algo frío se clavo por mi espalda saliendo por mi pecho. Un cuchillo
La sangre, mi sangre, cubría el filo del arma con un tono escarlata. Pequeñas gotas se deslizaban por el largo de la hoja y caían lentamente hasta el suelo.
Ya esta… me había encontrado.


- Tranquilo. - Me susurró al oído con una voz dulce y melodiosa. Era una mujer. - Morir no es tan malo.
Podía sentir su respiración sobre mi nuca y como se apoyaba ligeramente en mí acercándose cada vez más a mi oído.
- Yo una vez estuve muerta.

Con un leve sonido, el arma salió de mi cuerpo.
La sangre comenzó a brotar más desenfrenadamente.
Todo mi cuerpo estaba impregnado de mi propia sangre.
Las fuerzas me fallaban.
Me sentía débil.
Poco a poco comencé a caer victima del cansancio.
Caí sobre el charco de sangre.

Ya no podía más.
Solo me quedaba esperar a la muerte, con el único consuelo de ver a mi asesina, la mujer más bella que podían haber contemplado mis ojos, alejarse mientras su vestido rojo ondeaba por el viento nocturno…"

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